Las orquídeas pueden ser propensas a plagas como pulgones, cochinillas y ácaros. Realiza inspecciones regulares para detectar signos de infestación, como hojas pegajosas, manchas o pequeños insectos en las hojas. Si encuentras plagas, utiliza métodos de control adecuados, como insecticidas específicos para orquídeas o métodos naturales como el uso de aceite de neem.