El riego es uno de los aspectos clave en el cuidado de las orquídeas. Asegúrate de no sobrepasar el riego, ya que el exceso de agua puede llevar al pudrimiento de las raíces. Espera a que la capa superior del sustrato esté seca al tacto antes de regar nuevamente. El método de riego más común es sumergir la maceta en agua tibia durante unos minutos y luego dejar que se escurra completamente antes de volver a colocarla en su lugar.